El café fue introducido en Europa por los árabes en el siglo XVI, aunque ellos lo consumían desde bastante antes. Inicialmente fue visto con recelo tanto por musulmanes como por católicos y protestantes porque se consideraba una droga peligrosa. La discusión quedó zanjada en Europa cuando el Papa Clemente VIII lo probó; tanto le gustó que incluso bautizó a la nueva bebida.
El café se hizo muy popular en Inglaterra a partir de 1650. Las primeras cafeterías alcanzaron tanta popularidad que se convirtieron en el lugar de reunión favorito de liberales y pensadores. Ante el miedo a que en las cafeterías se gestara una revolución, Carlos II llegó a ordenar su cierre, pero los ingleses adoraban el café y causaron tales revueltas que ¡obligaron al rey a volver a abrirlas!
Aporte de sales y azúcares (hidratos de carbono) por litro:
SALES: 1 g
AZÚCARES: 0 g
SALES: 1 g
AZÚCARES: 0 g
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